Catálogo Poético

Revista Literaria que nos muestra el mosaico poético que existe en Guadalajara, en México y en Latinoamérica.


Este es el número 2 del Catálogo Poético, las primeras pruebas de la edición Digital , esperamos les guste.

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Estas son las Colaboraciones del Catálogo Poético # 1


POESÍA

Copa de sueños
que apuro gota a gota,
para encender
mis recuerdos escondidos
en la penumbra
idílica del tiempo.

Elixir grato
de tenue melancolía,
excelso néctar
que dulcifica lo sombrío,
es la Poesía en mí
suave coctel de adiós y bienvenida.

Maricela Rodríguez.
azulinmensidad@yahoo.com.mx



POESÍA…

Es ver salir las lágrimas de la mano del escritor, es sentir el amor a flor de piel
Es derramar la tinta sobre el papel para que el sentir aparezca
Es diluir el nudo en la garganta y describir el dolor que ocasiona tu partida
Es el usar los signos de admiración para plasmar el enojo que mi cara refleja
Es reír mientras las letras palabras y oraciones forman es tejer sin hilo ni aguja
Es utilizar el blanco del papel y lo negro de las letras para pintar el arcoíris
Es el poder de estar en un instante en el centro de tu corazón  y en otro en el fondo del olvido
Es plasmar las locuras más grandes y ocultar las pequeñas verdades en la acentuación
Es sacar la espada de la piedra es matar al dragón y salvar a la princesa es……

La poesía escrita en un libro, es la vida misma, que quien la lea la disfruta sin haberla vivido todavía.

Javier Rodríguez Hernández, Káelos



Poesía de la noche

Divago ya en esta ciudad,
donde se muestra otra cara regular,
una cara oculta por los tapatíos, 
donde sólo la noche reina sin cesar. 

No vengo hablarte de amor, 
 sino de horror. 
Compartiré el alma que abunda 
en los rincones de la luna. 
No hay cabida para corazones rotos, 
o de amores tontos.

La poesía que comparto acude 
Con la sangre 
Que derramo de la incertidumbre,
Guardada por milenios. 
Profano la existencia con la
Eminente  negligencia 
De aquellos que ignoran 
La sabiduría de los que moran

La noche me inspira, 
Me deleita y me instiga 
A continuar con su poesía. 

H. G. Román se inspira en la noche, donde miles de almas incautas son su objeto de atención. Nos describe el horror que encierra el mundo, que no es más que una pantalla para ocultar lo pesadillezco de la vida. Actualmente labora en Temacilli editorial, también trabaja dando consulta psicológica y haciendo talleres de escritura creativa y de psicología. Tiene programa de radio llamado “El diván de los espantalokos” que se transmite por www.radiomorir.com. Se le puede invocar por facebook como Luis roman romanovsky. 



MATEMÁTICA POÉTICA
           (elemental)

Álgebra de la oración en verso:
letra es punto
frase es línea recta.

                   *
 La ecuación del verso está bien despejada
cuando el poeta es igual a cero.

                   *
La vida es música y esfera
los colores del azar
bailando millones de años
bajo el embrujo matemático
de la posibilidades infinitas.

                      *
La geometría del cuarzo
es cálculo evolutivo
en el ensueño de la materia.

                   *
Cálculo de lo inimaginado:
la contradicción es integral
en la suma de los infinitos.

Marian Pipitone. Mexicana, nació en Cali, Colombia (1977). Psicóloga, poeta y guionista. Hizo estudios de maestría en desarrollo humano en la Universidad Iberoamericana. Participó en la investigación para la Antología cinco siglos de poesía femenina en México (Maricruz Patiño y Leticia Luna, Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, 2011). Asistió al Taller de Creación Literaria impartido por Maricruz Patiño y actualmente asiste al taller de poesía de José Falconi. Piedra al alba (en prensa) es su primer libro. Actualmente traduce la obra de poetas italianas contemporáneas y escribe su segundo libro de poemas.

http://lasletrasalcaldero.blogspot.mx/


Yin

Brotamos de la tierra. Nacimos en la noche pues nuestra piel tan clara no hubiera soportado la potencia del sol. En ese estado primigenio nos revolcamos desnudos y aparentemente inconscientes. La humedad nutrió nuestro espíritu y fue configurando el carácter. Luego, el fuego se encargaría de sellar nuestra piel, no éramos como los animales que viven en el agua, y necesitábamos curtir nuestro cuero para que no escaparan los fluidos y perecer en la disolución.
Crecimos fuertes y arrogantes. Aprendimos a trabajar. Sentimos nostalgia por la tierra y la penetramos con hierros y azadones, sabíamos de su fertilidad. Aprendimos el orgullo y el castigo.
Pero al final de la jornada, cuando el sol se pone, una irremediable melancolía nos invade. El ocaso es una hora fatal, donde muere el día y sus motivaciones. Todo se vuelve de un gris azulado que no llega a establecerse jamás. Aunque creemos saber lo que vendrá luego, renace el ancestral temor a lo indefinido. Pero el temor no importa, nos sumergimos en la noche pues necesitamos disfrutar y morir, aunque sea un poco. Sólo así soportaremos vivir al día siguiente.
Llega la noche y sólo hay dos caminos. Buscar refugio en la morada que ya hemos construido, donde nos creamos un nicho cómodo, confeccionado de seres y objetos que intentan convencernos de su constancia y previsibilidad. O sumirse en la noche, arremeter de frente contra ella, aunque sepamos que es imposible encontrarle cara y que irremediablemente vamos a sucumbir a la multiplicidad.
La noche despliega unas calles infinitas, llenas de sombras, licores humeantes y cuerpos blandos. Es el imperio de lo imprevisible, la naturaleza recobra el poder que parecía haber cedido a la ciudad del hombre y su luminosidad.
El hombre domestico buscó refugio en su morada cuando el sol, que lo protege y lo castiga, se ocultó. Obediente y consciente de no poder huir de la oscuridad se internó en ella de la manera más convencional. Entró a la casa que construyó en los días de sol, con ladrillos de tierra. Se acostó con su mujer y se hundió en lo negro de sus entrañas, jurando hacerle un hijo que le sirviera de justificación. Pero este hombre no escogió un destino diferente al del vagabundo o el borracho que se zambullen en la noche, pues él naufragó en los infinitos del sueño y el amor.
Por eso, al día siguiente, el hombre se renueva al tomar otro camino, otro surco en el ciclo eterno. Él, al igual que todos, fuimos uno y otro hombre, fuimos domestico y vagabundo, y volveremos siempre a serlo.

Juan Felipe Galindo Márquez 
juanfelipegalindomarquez@gmail.com



1 comentario:

  1. Interesantes reflexiones sobre el Yin.
    Sin analizarlas literariamente, el sólo hecho de darse el tiempo de pensar en algo más que la vorágine de lo cotidiano, hace que valga la pena detenerse un momento para su lectura.
    Después de todo, yo pienso, tú piensas, él piensa, y es una consecuencia el querer manifestarlo.

    Saludos.

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